MANSEDUMBRE

C omprendiendo el mensaje de paz , diría que es diferente a la sensación de tranquilidad y calidez que debería definirla, muchas veces la tranquilidad enmudece y nos recuerda la soledad que emana de un ambiente lleno de vanidad, egoísmo y perturbación. Me pregunto entonces, ¿Qué es lo que nos merecemos recibir? ¿Paz dentro de un mundo ruidoso o ser paz dentro de ese mundo? Cualquiera que sea nuestra opción estamos destinados a llevarlas con nosotros en todo momento, recordando siempre ante toda situación o momento lo que decidimos ser. Sin duda alguna la visión del mundo externo mejora cuando entendemos que somos un conglomerado de acciones y pensamientos caminantes, dispuestos a darlo todo y a entregarlo todo por conseguir un rocío de paz.

 En algunos días, cuando el sol alumbra y la noche se desvanece, se levanta el animo para emprender la nueva jornada. Algunas noches son nubladas, otras un poco mas serenas y claras, pero ante todo se impone el deseo de continuar esperando fervorosamente que de pronto todo cambie a favor de los deseos que nacen dentro del corazon.  Así emprende su lucha esta incansable y a la vez casi invisible mujer que por sobre todo siente el alma desgarrada por la falta de elogios, sonrisas y te quieros. De vez en cuando dosis de melancolía se asoman en unos cálidos ojos marrones pero la labor debe continuar y entre el pasar de horas laborales el pensamiento sigue latiente buscando mejores opciones para solventar.  Repetidamente se dice a si misma, calma, todo mejorara pero muchas veces es difícil cuando se siente que se lucha en soledad y que quienes le rodean son solo espejos de criticas, desilusiones, envidia y negatividad.  Solo existe un único momento de paz y es el silencio que se vuelve coti